Incetidumbre...

No quiero confesarmelo pero estoy muy preocupada, dentro de una semana será el cambio de mi jefe a otro lugar, el está contento, eso es lo que el quería y en cierta forma le comprendo, el lugar donde estamos a veces es muy problemático.
Sin embargo no me quejo, estoy acostumbrada a trabajar bajo presión y a veces en cierta forma me gusta pues me hace sentirme bien.
Si tuviera que escribirle para despedirlo le diría lo siguiente:
Gracias Señor Licenciado, por estos siete años de trabajo, de convivencia diaria, de soportar a veces la presión que ejerzo sobre todos mis compañeros.
Gracias por darme su apoyo y confianza, por dejarme trabajar muy a gusto, dándome todas las facilidades para desarrollarme.
Se que usted no es dado a grandes elogios, ni siquiera a un sólo elogio y lo comprendo bien, a veces llega uno a un punto donde éstos salen sobrando, lo que cuentan son los resultados.
Pero el tenerle siempre como una persona mesurada, que no acostumbra estar de mal humor, que las presiones no las demuestra, que siempre está tranquilo, lo hace a uno sentirse igualmente tranquilo y confiado en que el trabajo realizado está siendo efectivo.
Gracias por todas esas mañanas en las que sin decirme una palabra me encuentra fuera de mi lugar fumando el primer cigarro del día.
Gracias por todas esas tardes en que nunca me exigió quedarme a horas extraordinarias, solamente las necesarias para cumplir con mi trabajo.
Gracias por todos esos meses en los que trabajé sin sobresalto.
Y finalmente Gracias porque fueron siete años en los que trabajé a su lado, sintiéndome apoyada.
Ahora que se marcha viene la incertidumbre, quién llegará, cómo llegará, con la espada desenvainada?, tratando de correr gente?, que haré, necesito mi trabajo, a que santo encomendarme??